Volvía a mi casa hoy, saltando entre loma y loma en el colectivo. Estaba sentado atrás de todo. Cuando en un salto me pareció ver tu presencia parada en una esquina. Y ese instinto de que eras vos no me falló. Como no reconocer esa energía que seguís teniendo. Ese haz de luz que emana tu cuerpo. Ese pelo hermoso largo que antes no tenias y esa piel resplandeciente y suave cual pétalo de jazmín.
Y la sensación fue otra vez fructífera pero amarga. El saber que en éste invierno no voy a tener tus abrazos, tu mano para agarrarla y caminar a la par. Tu boca para calentarme con besos. Hacer estufas con la boca en nuestros brazos. Tus grandes ojos para encandilarme con tu mirada penetrante y obligarme a querer mas de vos. Tu elemento que hace luz en medio de la oscuridad.
Lo digo anhelándote, lo siento con fervor. Lo pienso como si fuera un sueño. Lo vivo en carne y hueso. Te vi realmente. Te vi parada allí.
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